Ninguno
Los días descansan atravesados por lo que parece una especie de vértigo silencioso,
esta calma se vuelve sospecha, se disfraza de aburrimiento, algo me espera ... yo lo acecho... frente a frente... Puedo sentir la sutil modulación de una promesa; estoy vivo "...siento mi alma...", Respiro el delicado perfume de su aliento, algunas cervezas al amanecer y unos cuantos pasos hasta volver a casa, mi casa... soy mortal nuevamente, soy vulnerable; los errores se convierten en infantiles encuentros densas bocanadas para esta noche que jamas será suficiente. Ale. Buenos Aires Julio de 2004 |
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